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Sobre la deconstrucción del género

(Epstein, & Johnson, 2001) El género y la identidad sexual ha supuesto un debate en cuanto a su aceptación e inclusión, a través de diferentes tipos de participaciones a nivel social, afectando a toda una población consumidora, relacionada al desarrollo y fortalecimiento de la no discriminación a una sociedad, sin embargo este problema no se desarrolla únicamente con el LGTBIQ+ existiendo más diversidad sexual que nunca; para ello es importante mencionar los diferentes roles que ha tenido las políticas de inclusión social que se han dado globalmente, iniciando desde campañas publicitarias que enfocan la reunión de un grupo social u otro de acuerdo a sus necesidades, diferenciando los estereotipos que se han tenido tan marcados durante tantos años, de los que a continuación hablaremos.



La sexualización del sexo (femenino o masculino), ha tendido a realizar diferentes pautas publicitarias que se enfocan en los “atributos” mas atrayentes para el otro (Desde programas de televisión o comerciales que tienen tomas enfocadas únicamente a los pechos de una mujer, o las piernas de un hombre) (Scott, 2015), haciendo que la sociedad tome una idea relacionada a que los atributos identificados en televisión o en cualquier comercial son los estereotipos “aceptados socialmente”, desde la talla de nuestros pantalones, hasta el ancho de nuestra espalda; estereotipos que se han enfocado en el desarrollo físico de los humanos y su influencia en el cuerpo. Usando modelos con diferentes tipos de prendas de vestir que resaltan ciertos atributos, estos en su mayoría están conformados en una idea centrada al consumidor, sea hombre o mujer, identificando los atributos e influencia de las redes sociales para que las campañas publicitarias se enfoquen en ciertas partes de nuestro cuerpo.


Nuestro concepto relacionado al sexo muchas veces se limita a algo meramente biológico, identificado únicamente por el órgano reproductor que tenemos, haciendo que la decisión en cuanto al tipo de sexualidad y creación de género, se limite al aparato reproductor con el que hayamos nacido, sin embargo es desde épocas muy antiguas que hemos practicado diferentes aproximaciones sexuales, como se practicaba en la antigua roma, donde era normal ver relaciones homosexuales para celebrar victorias o donde se profesaban el interés a temas en común, desarrollo de practicas que se han disminuido en gran medida por la llegada de dogmas que han hecho que se pierdan algunos de los movimientos culturales presentados en la antigüedad (Morant, 1995).



Haciendo que nuestra cultura se base en un código binario, que solo se define a través del aparato reproductor que tenemos, haciendo que nuestra elección de genero se convierta en una dificultad social, evitando nuestro propio desarrollo emocional o gusto en particular (Butler, 2017); generando la percepción de una idea binaria ante el género, que estipula desde que nacemos nuestra afinidad y gusto particular; sin embargo esto tampoco pretende que se lleve una sexualidad desenfrenada a la promiscuidad, desarrollando una cultura que se enfoque al respeto, la tolerancia y la empatía de nosotros como humanos, sabiendo que no existen diferencias sociales o de genero en una sociedad que se enfoque en los principios y los derechos humanos.


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Referencias:


Butler, J. (2017). Judith Butler escreve sobre sua teoria de gênero e o ataque sofrido no Brasil. Folha de São Paulo, 19(11).

Epstein, D., & Johnson, R. (2001). Sexualidades e institución escolar. Ediciones Morata.

Morant, I. (1995). El sexo de la historia. Ayer, (17), 29-66.

Scott, J. W. (2015). El género: una categoría útil para el análisis histórico. El género: una categoría útil para el análisis histórico, 251-290.


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